Así como la sociedad demuestra manifestaciones de histeria diarias y cada vez mas palpables, el fútbol sigue -en la Argentina- similar camino. Trataré de trazar un paralelismo entre actitudes histéricas con las que nos topamos todos los días y hechos que acontecen en el "mundo fútbol", a fin de demostrar el acierto de esta afirmación.
1o) Mujeres y hombres, histéricamente, chatean, intercambian mensajes por redes sociales y muestran sus atributos por estas modernas vías de comunicación, pero nada -o muy poco- se concreta en la realidad. Últimamente, el Twitter es utilizado por estrellas, periodistas y aficionados con idéntica finalidad, incluyendo las lamentables amenazas de "barras bravas". Histeria total: de aquello que allí se dice, poco se verifica en la "práctica".
2o) Las protestas a los gobiernos, a las parejas y ex parejas, a los adversarios de turno y, en general, a todo aquello que no nos satisfaga, se multiplican por doquier; pero, pocas veces, en un "mano a mano" o en un "cara a cara". Histéricamente, en el fútbol se hacen correr rumores, se ventilan corrillos o se manifiestan disconformidades sin que, a ciencia cierta, se sepa bien quien lo hace.
3o) Casi compulsivamente, mujeres y hombres cambian de parejas, relaciones, amistades, favoritismos y preferencias. En el fútbol, del mismo modo se cambian los entrenadores.
4o) Casi siempre se intenta volcar la culpa en otro, sin reconocer nuestras propias actitudes. Los profesores "reprueban" exámenes, la pareja se comporta mal, otro conductor tiene la culpa de un accidente, y así sucesivamente. En el fútbol, los destinatarios de esa "responsabilidad" son, normalmente, los árbitros.
5o) Las "conjuras" están a la orden del día. En lo laboral, en lo afectivo, en la vida cotidiana. En el fútbol, las "conspiraciones" parecen tejerse desde el anonimato, como si el conspirador fuera quien hiciera o evitara goles.
6o) También predomina la "victimización" desde todos los ángulos. Novias, novios, padres, hijos, gobiernos, etc., son los victimarios. Ello también ocurre en el fútbol: aquí, los victimarios son los campos de juego, los dirigentes, las autoridades, los árbitros, el adversario, etc.
La lista podría ser interminable. Les confieso, estoy cansado de la histeria, en todos los ámbitos. Será cuestión de que nos tornemos mas maduros y podamos asumir nuestros actos con absoluta libertad y responsabilidad, haciéndonos cargo de lo que nos corresponde. En el fútbol, comenzar a seguir dicha conducta, posiblemente sea el comienzo de una transformación que, a esta altura de los hechos, la Argentina reclama a gritos.
Exacto.
ResponderEliminarEl paralelismo que se traza partiendo de la actualidad del Fùtbol local con el elemento subyacente -no latente en el plano del mano a mano- del "argentino promedio que sobre-capitaliza su alter ego por motivos de necesidad"; concluye en una coherencia (demostrada por Usted en el presente artìculo) que hasta es harto demostrada en todos los aspectos relacionados al caràcter de espectador de un partido de fùtbol.
Quièn no ha oido testimonios de personas que vivieron tiempos medianamente recientes del tipo: "Y...mirà, hace 20 o 30 años atràs los 15.000 que ibamos a ver un partido, si perdìamos sean por la conjuncion de factores que sean, al tèrmino del mismo nos volviamos a casa con una sonrisa amarga y repitiendo la muletilla del:
-Y bueno...¿què se le va a hacer?"
Y creo que la clave es eso, hoy a oidos del receptor de dichos testimonios lo màs probable es que se genere un prejuicio. Y esto es otro mecanismo que considero relacionado a la histeria que inconscientemente mal-refuerza su alter ego para afirmar algun tipo de pseudo-superioridad imposible de ser conmovido por una realidad que le es compartida por alguien con puntos de vistas distintos anexàndolos a modo de justificacion como acto de involucion.
Y creo concienzudamente que esta es una de las puntas del ovillo enredado de lana que sobresale y del cual se podria en el (lamentablemente) grueso de la sociedad comenzar a des-hilvanar en pos de tener una conducta no màs bien simple, sino màs pràctica, elaborada y màs discernida con finalidades que derivarian en ser màs celosos de cuidar las formas para con los demàs (Sea en el àmbito que sea), en ser proclives a actuar màs de lo que se vocifera...en sintesis, estar màs adepto en animarse a un viaje interior sin miedo de buscar dònde està "la cagada" (con perdon de la expresiòn) en uno mismo para detectar la naturaleza de un acto manifiestamente histèrico/prejuzgador y proponerse a un cambio radical de la misma.
Dicho cambio puede resultar doloroso para aquellas personas que son partidarias de las conductas en cuestiòn y que son motivos principales del detrimiento viral que causan esas personas como componentes de una sociedad. No obstante, si màs arriba empleè el tèrmino "cagada" èsa es con un fin:
La "cagada" es el unico fertilizante natural que, si finalmente se lo reconoce una persona histerica-prejuzgadora a si mismo, va a permitir un crecimiento fuerte y sostenible que la semilla del Cambio sembrada por motu propio en la inteligencia de dichas personas para con los demàs...sea en el àmbito que sea, especialmente en mi amado Fùtbol Argentino.
Saludos Dr., y excelente fin de semana!
Martin Paita