Estudiantes de La Plata acaba de ser consagrado campeón del Torneo Apertura 2010/11 de la Asociación del Fútbol Argentino. Cuando todo es euforia, cuando todo es festejo, cuando todos los hinchas parecen tocar el cielo con las manos, desde este espacio son necesarias unas reflexiones de tipo deportivo-institucional.
La coherencia dirigencial prima en estos momentos. Generalmente, esa coherencia se refleja dentro de un campo de juego y en los resultados. A la corta o a la larga. La planificación, la fe en un proyecto, la construcción y mantenimiento de paradigmas adecuados de gestión institucional tiene, normalmente, sus frutos.
La apuesta a cuerpos técnicos no demasiado consagrados (Simeone, Sensini, Astrada, Sabella); la apuesta a un grupo de referentes que comandan dentro y fuera de la cancha (Verón, Desábato, Braña); la insersión de los jóvenes en el momento necesario (Rojo, F. Fernández); la confianza en jugadores que estaban cerca de explotar (G. Fernández, Enzo Pérez). No es casualidad que, desde hace cinco años, luche todos los torneos a nivel nacional e internacional y que, inclusive, estuviera cerca de vencer al mismísimo Barcelona que deslumbra a todos.
Tampoco es casualidad que, junto a Estudiantes, llegara a pelear palmo a palmo el torneo Vélez Sársfield, quizás el club que, institucionalmente, ha mostrado una mayor coherencia en los últimos quince años. Que también tiene trabajo desde inferiores coherente y constante. Y que redobla sus apuestas por el equilibrio patrimonial y la administración planificada, fuera de las urgencias y el "día a día" que suele oscurecer los trabajos.
Es que, la administración y gestión de las entidades deportivas debe tener guías rectoras, una misión y una visión claras, una planificación estratégica firme pero, a la vez, lo suficientemente permeable a las necesarias correcciones. Cuando ello ocurre, de manera profesional y sin demasiadas estridencias, los resultados llegan.
Por eso, desde aquí, Salud Estudiantes de La Plata, legítimo y sólido campeón. Y Salud Vélez Sársfield, subcampeón en la cancha, pero campeón en la coherencia.
Y un dato mas. Alejandro Sabella y Ricardo Gareca, técnicos profesionales, de perfil bajo, educados, trabajadores y humildes, no parecen haber sido tenidos en cuenta al momento de elegir entrenador para la Selección Mayor de Fútbol. Me parece que, aquí también, debemos construir nuevos paradigmas
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