martes, 1 de marzo de 2011

LAS INSTITUCIONES POR ANTE LOS HOMBRES.

En estos últimos días, vemos con reiterada frecuencia nuevas manifestaciones de "divismo" por parte de deportistas, dirigentes o entrenadores. Una vez mas, la sobreactuación aparece gobernando sus conductas. Y, en ciertos casos, las falencias al comunicar públicamente resultan francamente asombrosas.
"La fama es un traje que te ponen y, si te queda grande, pasás el ridículo", dijo alguna vez Roberto Perfumo. Y es ello absolutamente cierto. Tiene ribetes casi insólitos que un jugador de fútbol llame a periodistas para salir diciendo sus "verdades" de repente y cuando él lo desea; entretanto, se muestra díscolo y distante. Sigue similar derrotero sigue el dirigente que critica públicamente el planteo táctico del entrenador y éste que contesta del mismo modo. Y, en la misma senda, se inscribe aquel que señala al jugador díscolo como su ídolo, previo haber negociado el contrato mas alto del plantel en medio de la recuperación de una operación de rodilla que aún tiene secuelas, a mas de seis meses.
No hago nombres propios -a pesar de que todos saben a quienes me refiero- porque estas cuestiones se plantean cíclicamente y, por lo que se ve, se continuarán visualizando. Y vale la pena llamar la atención.
Las instituciones están por sobre quienes, temporariamente, ocupan su conducción. Ello vale para todos los órdenes de la vida y mas en los clubes argentinos, muchos de los cuales reflejan patrimonios deteriorados y/o castigados. Miles de deportistas, entrenadores y dirigentes pasan por sus filas y, fatalmente, en algún momento, se van. Y la institución queda. Boca Júniors perdurará mas allá de los Maradona, Riquelme, Palermo, Barros Schelotto, Macri o Carlos Bianchi; Ríver lo hará alejado de los Pasarella, Francéscoli, Alonso o Eric Lamela. Y así sucesivamente con todos y cada uno de nuestros clubes.
Creernos imprescindibles es el peor error que podemos sostener. Y si insistimos con ello buscando el impacto mediático -solamente-, vamos por el camino equivocado. Las instituciones están por sobre los hombres y mujeres que las conducen o visten sus colores. Hasta que no internalicemos ello, lamentablemente las elecciones serán erróneas. Y, las consecuencias, naturalmente seguirán idéntica dirección.